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Antígona, El Acto de Desaparecer: fue el Estado

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Lo primero que me vino a la mente con la obra El Acto de Desaparecer es mi propia imagen viendo una noche Las Tres Muertes de Marisela Escobedo, ahí sentado en el sofá, tratando de imaginar el horror -desde lejos- que sintió una madre que perdió todo, hasta su vida, por buscar justicia por su hija muerta.

Si bien en el documental la hija de Marisela no desaparece, sí muere, como les ha pasado a muchos desaparecidos y desaparecidas en este país. La búsqueda de justica de parte de Marisela bien pudo dar nombre a una obra de Sófocles. Ella como muchas madres y -en menor medida- padres, son Antígona.

El mito de Antígona que se escribió en Grecia hace más de dos milenios se centra en el cumplimiento del deber humano de ella hacia uno de sus hermanos muertos, y a quien el Estado ha impedido que le den sepultura. En la obra literaria Creonte, el rey (el Estado), castiga a Antígona por desafiar su mandato al enterrarlo.

La tragedia es la misma de Marisela; de Teresa Magueya del colectivo Una Promesa por Cumplir; de María Carmela Vázquez, integrante del Colectivo Personas Desaparecidas de Pénjamo Guanajuato; de Esmeralda Gallardo, integrante del colectivo La Voz de los Desaparecidos; de Aranza Ramos, integrante del colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora.

La lista sigue. A todas hay que nombrarlas y a todos hay que nombrarlos, como dice Ismena Romero que interpreta a Antígona en El Acto de Desaparecer, una adaptación de Carla Pedroza de la compañía Creares Escénicas, que montaron en conjunto con Explayarte.

El mito de Antígona, longevo y contemporáneo

Esta puesta en escena aborda la pérdida de vidas y sus cuerpos sin ser encontrados en las que Creonte, el Estado, no sólo no impide el fenómeno, sino que lo promueve con su desdén, con la omisión y a veces con su comisión.

De inicio el público parece no darse cuenta de la situación. Aplauden con admiración los actos de magia y prestidigitación que Creonte enseña en la feria -¿México?- y entre los que está la desaparición de personas.

Ahí, a ese lugar llega Antígona buscando a su hermano desaparecido. Conoce a un periodista quien también perdió a un ser querido e investiga las desapariciones. Poco a poco los aplausos se desvanecen en cada acto de Creonte. Todos comienzan a darse cuenta. Fue el Estado.

El espíritu del “colectivo Antígona” conformado por todos los infortunios y que se nutre de cada paso que da cada madre en cada búsqueda, impregna la enorme caja negra que es el foro del Centro Cultural.

El Estado soy yo

Ahí, en esa FERIA, sucede todo. Ahí estoy yo, viendo cómodamente desde mi butaca, tal como cuando vi el documental de Marisela Escobedo. Sin intervenir, sin abuchear al mago, al “desaparecedor”, al Estado. ¿De alguna manera soy parte del Creonte que solo ve pasar las desgracias ajenas sin decir ¡basta!? ¿Tú lo eres?

El Acto de Desaparecer, cuenta la productora Liliana Alarcón, no pretende cambiar el mundo, pero sí sensibilizarnos más ante estos lamentables sucesos. Verlo desde otra óptica, menos desde el morbo de la nota roja y más desde la humanización que persigue Antígona que simboliza a las madres buscadoras.

De manufactura playense, esta obra cuenta con las actuaciones de Brenda Zenil, Francisco Pita, Ismena Romero, y Bruno Castillo. Sin llegar a ser espectacular, el montaje cumple, y acaso por las particularidades del foro no se desarrolla por completo un trazado escénico pulido.

Las voces por debajo de la música y ligeras dificultades de visión son marginales pero notorias; por otro lado destaca la interacción entre el trabajo actoral y el público, algo que se agradece siempre en el arte escénico.

Esta obra incluye teatro negro, que funciona aquí como recuerdo mágico de los protagonistas, y con cierta atmósfera poética narra los días felices de las y los desaparecidos. Lo más bonito, desde mi punto de vista de toda la obra frente a la calamidad que narra el hilo central de la historia.

Se presenta todo este fin de semana en el Centro Cultural del Instituto Municipal de la Cultura y las Artes (IMCAS).

Articulista invitado: Adrián Barreto

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